jueves, 2 de julio de 2009

Vivir en pareja o casarse


Cada vez es más sabido que van en disminución los matrimonios y se incrementa la vida en pareja sin necesidad de que medie documento alguno.

Como cristiana católica que soy, considero que el matrimonio tiene el fin de establecer un hogar, por lo tanto no es sólo la convivencia en pareja sino el cúmulo de dificultades que conllevan desde un principio como lo son: la vida en pareja, la relación con el resto de familiares, los hijos, la educación de éstos, la responsabilidad de formar personas de bien, etc. puedo seguir con la lista, puesto que son infinitas las situaciones que se pueden generar en un matrimonio; de ahí que muchos prefieran vivir solamente en pareja.

Considero que la vida en pareja es "más relajada", por qué, pues, no habiendo un papel que nos "ate", no tenemos obligaciones que cumplir, seguimos de cierta forma siendo libres y si hay algo que nos moleste o que llegue a un límite, pues simplemente nos separamos. Todo suena sencillo, siempre y cuando no hayan niños de por medio.

A veces pienso en que nos educan tanto para defendernos en la vida en lo que se refiere a lo laboral, pero ¿y lo emocional?, actualmente encontramos tantas personas que no tienen ni idea de qué hacer de sus vidas, no tienen orientación alguna, ya sea porque sus padres trabajan muchas horas y llegan a casa y no han tenido una conversación con sus hijos, o quizás porque no le hemos dado la importancia real que merece.

Si orientara a la juventud emocionalmente, por llamarlo de algún modo, para que éstos tengan alguna idea de lo que le espera luego de dejar su "hogar" y saber si están dispuestos a conformar una familia a sabiendas de lo difícil que es, o si prefieren vivir en pareja, que ojo, también tiene sus propias dificultades, aunque con más margen, o bien vivir en soltería pero responsablemente, ya sea como Dios manda o de acuerdo a sus propias convicciones.

En fin es una decición complicada y que a cierta edad nos toca plantearmos a todos unos antes, otros después ... pero sólo nosotros somos responsables de nuestras propias decisiones y sus consecuencias y no olvidemos que antes de implicarnos con alguien debemos tener claro qué es lo que realmente buscamos, para no dañar a nadie ni dañarnos.

Si te gustó el poema, escribo uno para ti...